LEVANTAOS, SE ACERCA
VUESTRA LIBERACIÓN
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
5 minutos en nuestro "día a día"
Daniel 6, 20-28
Lucas 21,20-28
20 “Cuando veáis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed que pronto será destruida. 21 Entonces los que estén en Judea, que huyan a las montañas; los que estén en Jerusalén, que salgan de la ciudad; y los que estén en el campo, que no regresen a ella. 22 Porque serán días de castigo en los que se cumplirá cuanto dicen las Escrituras. 23 ¡Pobres de las mujeres que en aquellos días estén embarazadas o tengan niños de pecho!, porque habrá mucho dolor en el país y un castigo terrible contra este pueblo. 24 A unos los matarán a filo de espada, a otros los llevarán prisioneros por todas las naciones, y los paganos pisotearán Jerusalén hasta que se cumpla el tiempo que les ha sido señalado. El regreso del Hijo del hombre 25 “Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra, las naciones estarán confusas y angustiadas por el ruido terrible del mar y de las olas. 26 La gente se desmayará de espanto pensando en lo que ha de sucederle al mundo, pues hasta las fuerzas celestiales se tambalearán. 27 Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con gran poder y gloria. 28 Cuando empiecen a suceder estas cosas, animaos y levantad la cabeza, porque muy pronto seréis liberados.” |
DÍA 27 NOVIEMBRE CICLO C
Quedan
dos días para que se acabe el año litúrgico en la Iglesia católica.
· ¡Cuánta gracia de Dios poder actualizar
y vivir los tiempos fuertes de la Vida de Jesús y,
durante el año, sus hechos, sus parábolas,
sus milagros!
La
fe en el Dios revelado no es una memoria de la Historia de
la salvación, ni lo es del paso de Dios por la tierra, en la
Humanidad de Jesús.
· La fe nos permite vivir el encuentro
con Dios en los Sacramentos y en la Liturgia, y también en la vida
cotidiana;
por el bautismo Dios habita en cada alma y si aceptamos la Presencia de tal Huésped
no existe soledad ni tiempos sin sentido.
- Esta
es la libertad que habla el final del texto: “Levantaos…, se acerca la liberación”.
Jesús
habla a su Pueblo lo que le va a ocurrir y a la ciudad de Jerusalén; lógico que
hable de destrucción; el paso de su Vida
por la tierra, aunque haya terminado crucificado, muerto y sepultado, nos vale la Fiesta que acabamos de
celebrar de Cristo, Rey del Universo; es de vida.
- Su resurrección fue “poder verle los
elegidos para ser testigos”; no aparecido
sobre nubes, sino “pudiéndolo comprobar con ojos y manos” como dice S.
Juan; el que vieron crucificado era quien
comía con ellos Resucitado.
·
Ser
creyente cristiano es levantar la cabeza sin temor porque ha sido vencida
la muerte y todos los enemigos del alma, y liberada la libertad.
Quien
vive el don esencial del ser humano, la libertad sin Dios es posible que,
no entienda ni necesite que le libere, al no creer que lo necesite para vivir la fe en los Sacramentos y la Liturgia.
·
Dios nos libera para encontrarle;
esta libertad es la que se necesita también
para vivir el amor en familia y en la Sociedad.
- ¡Cuántas
cosas se interponen entre la verdad del amor y la vida de relaciones humanas
impidiendo que sean verdad, y también la felicidad!
- ¡Cuánta
necesidad de liberación tenemos hoy los seres humanos!
Ayer
hablaba de la contradicción del
ser humano, nacido para vivir la
libertad respetándose, convertido en
perseguidor de su hermano como enemigo, y muchos sin desear vivir el encuentro habitual con Dios.
“Desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo
que le viene encima al mundo”
Sabemos por qué lo dijo Jesús en su momento; hoy, sólo quienes viven al margen de la
realidad, ignoran,
voluntariamente, las caras de
miedo y de ansiedad de millones de
seres humanos, a veces muy cercanos.
Pensar
en Dios es saber que todo es armonía y perfección;
es por nuestra condición humana, libremente aceptada, por la que hay
destrucción.
“Entonces verán al Hijo del Hombre
venir en una nube, con gran poder y gloria”
Jesús
vino y volverá;
los bautizados creemos que sigue
vivo entre nosotros, que formamos
su Cuerpo visible como Comunidad eclesial.
No
miremos a las nubes, ni estemos en ellas. El Poder y la Gloria están en lo que sólo Dios ha hecho y hace…,
y en el don de creerlo.
Federico
Allara
SANTORAL DEL DÍA
s. Virgilio, obispo de Salisburgo

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