sábado, 29 de noviembre de 2025

ESPERANZA CIERTA, 

CERTEZA INTERIOR DE LA EXPERIENCIA DIVINA

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

Mateo 24,37-44

37 “Como sucedió en tiempos de Noé, sucederá también en la venida del Hijo del hombre. 38 Antes del diluvio, y hasta el día en que Noé entró en el arca, la gente comía, bebía y se casaba. 39 Pero cuando menos lo esperaban, vino el diluvio y se los llevó a todos. Así será también en la venida del Hijo del hombre. 40 En aquel momento estarán dos hombres en el campo: a uno se lo llevarán y al otro lo dejarán. 41 Dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a la otra la dejarán.
42 "Permaneced despiertos, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. 43 Entended que si el dueño de una casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, permanecería despierto y no dejaría que nadie entrara en su casa a robar. 44 Así también, vosotros estad preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperéis.

I DOMINGO DE ADVIENTO CICLO A

·       La Iglesia nos llama de nuevo a la esperanza; no es una palabra más de las que podemos usar sin razones poderosas. Desde la fe esta palabra llena el espíritu de certeza.

El mundo, en sí mismo, no es, ni ha sido nunca, ni lo puede ser, el medio por el que el corazón y el alma pueden esperar ver cumplidos los deseos de una esperanza cierta porque, nada seguro nos puede ofrecer el mundo.


Is 2,1-5

El profeta no escribe una visión, sino la PALABRA DE DIOS que ha escuchado.

Hombres como eran hablaron en Nombre de Dios”, (2 Pd. 1,21b).

La situación de Jerusalén era caótica, amenazada por Egipto y Asiria, y Dios consuela a su Pueblo y le da la esperanza de un tiempo nuevo.

“Estará firme el Monte de la casa del Señor Hacia él confluirán todas las naciones De las espadas forjarán arados

-        Los Pueblos no irán a destruir Jerusalén, “Venid, subamos al Monte del Señor”.

-        Este altar es Sión. “Venid a celebrar la fe en la Casa del Señor”

·       De la Palabra de Dios y de su Presencia nace la esperanza cierta.


Rom 13, 11-14

“Comportaos reconociendo el momento que vivís”

·    Reconocer el momento que vivimos es advertirnos de la realidad concreta de nuestra vida personal y social, abierta a la Humanidad, sin cerrarnos en nuestra sola manera de pensar; y también lo que supone ser miembros de Cristo resucitado como bautizados, lo cual, para muchos creyentes, está marginado totalmente de sus vidas.

·     Lo que tiene valor cultural o espiritual, en sí mismo, no depende de nuestra apreciación.

-      La cultura es amplia y, lo propio del ser humano es interesarse por lo que tiene valor.

“Es hora de despertarnos del sueño”

·       La esperanza cierta sólo puede venir de la certeza interior de la experiencia divina; Pablo, que la vivió, puede decirnos que, “la salvación abrazada por la fe está más cerca de nosotros”

-      La esperanza de mañana viene marcada por la decisión de vivir la realidad cada día.

-  No podemos vivir “la esperanza de que Cristo vuelva” si no vivimos la experiencia de “haber venido y de su venida de cada día”

Quien no ve a quien tiene delante, ¿puede esperar verle cuando vuelva?

El encuentro con Jesús, en vida sacramental y oración, espera un encuentro mejor.

Quien ama cada día a su prójimo, cercano o lejano, aumenta el amor cada día; quien lo deja para mañana es muy probable que, este mañana no llegue nunca.

Decía estos días que dejáramos de mirar sólo el lado negativo de nuestro tiempo, por crear angustia en el corazón, contemplemos lo positivo:

-        A Dios presente, a millones de seres que aman, perdonan y hacen de sus vidas una entrega de servicio al prójimo, a miles de hermanos que hoy, día a día, prefieren la muerte antes que renunciar a la fe en el Dios, que promete la vida después de la muerte.

-        Dios nos pedirá cuenta: “¿Qué caso has hecho de los testigos de la fe en tu tiempo?

·       Fe es despertar del sueño de pensar que la Verdad está fuera de la revelación de Dios.

 

Mt 24,37-44

Tiempo de adviento debe significar un examen de cómo vivimos la fe en presente.

Las advertencias de Dios nunca son para atemorizar el espíritu, sino para relativizar los absolutos cotidianos en los que fácilmente apoyamos las seguridades de la vida; esto es vivir adormecidos en pleno día.

“En tiempos de Noé, la gente comía y bebía y se casaba

-        No eran conscientes del sueño de vivir alejados del bien.

-        El diluvio universal lo hemos de interpretar desde lo que se entendía en su tiempo por universo. Inundaciones conocidas de una gran región se podían interpretar como universales.

-        Noé fue un personaje real y vemos en lo acontecido en él como los poderes del mal no impiden que Dios renueve su gratuidad de Amor en bien de una nueva Humanidad.

-        Desde la fe, no veamos un signo de castigo divino, sino un nuevo renacer a partir de Noé, por la gratuidad de Dios; como lo es el tiempo de adviento.

·       Dios desea que renazca “la esperanza cierta”, desde la venida de su Hijo al mundo.

·  La advertencia de volver Jesús no es una amenaza ni un temor para el espíritu, sino la ratificación de haber sido el Mesías redentor y salvador.

-    Las advertencias divinas son para que seamos conscientes de que el tiempo no está en nuestras manos, sino en las de Dios.

La vida no es de nuestra propiedad; por esto, decía al comienzo, que hemos de ser conscientes del momento que vivimos, no dedicado sólo “a comer y a beber”, y menos cuando hay demasiados, sin tiempo de caducidad, que no pueden comer.

Esto es estar en vela porque,

“Si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela

-  Tiene su significado decirnos que “viene en la noche”; es decirnos que la inconsciencia de no dar sentido a la vida y la de olvidar a Dios es vivir en la oscuridad y, no ver con claridad el camino por el que va la vida.

·  Dios nunca llega de noche porque es Luz y, tampoco llega como ladrón inesperado; la noche del espíritu es de nuestra creación y, la sorpresa de su venida nunca es por no estar advertida.

El Papa Francisco nos decía que, “es necesario aprender a no depender de nuestras seguridades, de nuestros esquemas consolidados

·       María vivía habitualmente en la Presencia de Dios; se sorprendió del saludo del Ángel Gabriel, pero se alegró del encuentro que supuso la encarnación y cantó el Magníficat.

-        María dijo “sí” como signo de total confianza en Dios.

-        A pesar del maravilloso saludo del Ángel no sabía por dónde iba a transcurrir el camino de ser Madre de Dios y el del mismo Dios entre nosotros.

-        María es signo de esperanza cierta.            

Federico Allara

 

 SANTORAL DEL DÍA

s. Andrés, apóstol



VENDRÁ



 

 

 

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